- Remitida por el Grupo en Defensa del Patrimonio Complutense
En estos días ha aparecido una pancarta, de desconocida autoría, ante la fachada de La Galera, “Patrimonio olvidado, patrimonio perdido”, que ha sido retirada con rapidez.
Sin embargo, aquí venía muy a propósito, porque ese edificio, parte importante de nuestro patrimonio histórico, languidece desde hace años en el más absoluto de los abandonos, cayéndose a pedazos. Parece que hay un proyecto reciente en desarrollo, por parte de la Universidad de Alcalá, propietaria del edificio, que planea cubrir y consolidar los muros. Esperemos que se concrete en algo tangible. Porque antes hubo otros proyectos, más o menos ambiciosos, que nunca se terminaron de realizar.
La Galera es un soberbio edificio del s. XIX que, en su momento, llegó a servir como prisión central de mujeres para toda España. Sus autores, los arquitectos Tomás y Celestino Aranguren, reflejaron en ella las más avanzadas técnicas en centros penitenciarios. Tomás Aranguren fue también el autor de la Cárcel Modelo de Madrid, hoy desaparecida. Cuando la mayoría de cárceles de esa época ha sido víctima de la piqueta, en Alcalá aún nos queda La Galera, como un testimonio singular e irrepetible.
Filomena también ha llegado a ese edificio sin apenas techumbre. El cuadro se hace más terrible aún. Sin apenas protección, la nieve y el agua han entrado a espuertas hasta sus entrañas, debilitando más sus estructuras y agudizando la ruina.
La Galera se erige en la segunda mitad del siglo XIX, pero lo hace aprovechando el antiguo Colegio Convento de Carmelitas Descalzos de San Cirilo, edificio de finales del siglo XVI, que también formó parte de la Universidad cisneriana. Por lo tanto, Patrimonio de la Humanidad. Según el plano de reforma datado en 1866, buena parte de los muros y claustros originales de ese colegio convento, además de la iglesia, siguen en pie, reutilizados en la ampliación que tuvo la Casa Galera.
Sin embargo, esta histórica prisión ve pasar los años olvidada. Los muros, cada vez más dañados, amenazan colapsar. Intervenir es un asunto urgente: ahora o nunca. Ya es hora de que Alcalá, se ponga manos a la obra. Con la Universidad a la cabeza, como propietaria que es del inmueble y terrenos. Pero también con el Ayuntamiento de Alcalá y la Comunidad de Madrid apoyando bien cerca. Primero, urge cubrir aguas y techar, aunque sea con carácter provisional. Consolidar. También urge solicitar y conseguir la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC). La Galera reúne méritos sobrados para ello. Con esa declaración, se podría acceder a fondos estatales (el 1,5 % cultural, por ejemplo, que concede el Ministerio de Fomento).
Desde el Grupo en Defensa del Patrimonio Complutense (GDPC) apoyamos una recuperación y restauración que sean escrupulosamente respetuosas con el edificio íntegro: con su estructura exterior, pero también con su distribución interior, original, huyendo de vaciados que desvirtúan el inmueble, su esencia, su razón de ser. El valor del edificio no radica tan solo en sus muros exteriores, en el cascarón, sino en su diseño, concepción y en el uso que tuvo por más de cien años. Se descartaría cualquier intervención que lo dejase sin alma. Un ejemplo positivo y cercano lo tenemos en la Cárcel de Segovia. Recientemente recuperada, con respeto escrupuloso a su estructura y distribución, se ha dedicado a nuevos usos acordes con los tiempos, abiertos a la ciudadanía. Si Segovia lo ha podido hacer, ¿acaso no podemos nosotros?
Esto plantea otra cuestión: no sería razonable recuperar un inmueble sin tener en cuenta su destino futuro. ¿Qué se puede alojar en La Galera? ¿Qué utilidad, realista y posible, se le puede encontrar? Hace años se postuló para residencia universitaria, “María Isidra de Guzmán”; pero se descartó. Desde entonces, La Galera se ha convertido en un “elefante blanco” que no encuentra quien lo mantenga.
Desde el GDPC proponemos un proyecto, ambicioso y grande, como creemos que corresponde a una Ciudad Patrimonio de la Humanidad cargada de Historia y Cultura: la creación de un Centro de Investigación y Documentación Complutense, que podría alojar entre sus paredes las siguientes secciones:
*Museo de la Ciudad. Alcalá carece de museo, pese a tener materiales más que suficientes para completar salas enteras. Por Historia, Cultura, actividades agrarias e industriales, urbanismo, tradiciones… Alcalá necesita su propio museo, con suficiente espacio para todo lo que tiene que mostrar y para sucesivas ampliaciones.
*Museo de la Tierra de Alcalá. Las poblaciones que comparten historia y tradiciones con Alcalá desde tiempos remotos, tendrían su lugar. Lo que nos ayudaría a mantener ese sentimiento de comunidad y hermandad que ha existido a través de los siglos.
*Museo Penitenciario. Evocando e ilustrando de manera didáctica la historia de este singular edificio y su vinculación con la Alcalá penitenciaria. Sus hitos y personajes, bien documentados. Una historia que continúa en la actualidad.
*Archivo Histórico Municipal. Desde hace años, carece de espacio. Ha habido que deshacerse de fondos allí depositados, como el Archivo de Protocolos Notariales, que ahora habrá que consultar en Madrid. Los fondos de Alcalá no dejan de aumentar.
*Archivo de la Universidad de Alcalá (UAH). Un traslado de tan solo unos pocos metros, si lo considera oportuno la UAH. Se actualizaría el espacio de archivo y se liberarían dependencias para la Facultad de Documentación.
*Museo de la Brigada Paracaidista. Lleva tiempo esperando un espacio en Alcalá, la ciudad que vio nacer y crecer a esta unidad militar. Dispone de fondos que abarcan desde los años 50 a la actualidad.
*Museo de Perfumerías Gal. Fundada en 1898, trasladó su sede a Alcalá en los años 60. Fue absorbida por la empresa Antonio Puig, permaneciendo la planta de Alcalá. Su museo, que existe, permanece cerrado en la actualidad. Se podría proponer a la empresa propietaria su traslado y posibilidad de visita.
*Biblioteca de la Institución de Estudios Complutenses. Lleva años encerrada en cajas de cartón, al no disponer de espacio físico desde que la Institución saliera de su sede en Santa Úrsula. Si los miembros de la IEECC lo vieran adecuado, su biblioteca temática complutense sería un puntal para el nuevo Centro de Investigación. Podría ser consultada por investigadores y ciudadanos interesados, algo ahora imposible.
*Gigantes y Cabezudos. Tendrían un lugar específico donde alojarse y ser visitados a lo largo de todo el año. Se podría apoyar su presencia con talleres de conservación y fabricación de gigantes, exposiciones y otras actividades relacionadas.
No se están planteando imposibles. Se trata de un proyecto realizable, que se puede desarrollar por etapas, paso a paso. Primero, techar y consolidar La Galera. En breve, reformar un ala del complejo, o una planta, que podrían hacerse disponibles para su visita. Lo siguiente, según se vayan consiguiendo más fondos, la siguiente planta; hasta completar el edificio. ¿De dónde recabar la necesaria ayuda económica? Ya hemos citado el 1,5 % cultural, que se podría solicitar al conseguir la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC). También habría que recurrir a la Comunidad de Madrid. Y a instancias europeas, que destinan regularmente fondos a proyectos similares a este, si se justifican y documentan adecuadamente. Es posible recabar también el apoyo del tejido empresarial de la zona. Buscar patronos y mecenazgos. Hablar con asociaciones, colectivos, instituciones locales…. Hay muchas puertas donde llamar.
A nadie se le escapa que los tiempos que vivimos son difíciles. Pero, a pesar de la triste y dolorosa pandemia, el país no para. No debe parar. Se continúan haciendo obras, infraestructuras, trabajos… costosos y no siempre imprescindibles. ¿Por qué no comenzar a dar pasos urgentes para recuperar La Galera, antes de verla en el suelo, perdida definitivamente? ¿Por qué no establecer en ella ese necesario y deseado Centro de Investigación y Documentación Complutense? Es una inversión importante. Pero una inversión que también se traduciría en generación de puestos de trabajo, atracción de visitantes a la ciudad, empuje de negocios locales; tareas de mantenimiento que también ocuparían a alcalaínos y les sacaría del desempleo.
Si “París bien vale una misa”, La Galera y Alcalá se merecen un proyecto de futuro, con amplias miras, con sana ambición. Es ahora o nunca. Porque con La Galera, la oportunidad que tenemos delante puede ser irrepetible. Por eso también luchamos desde el Grupo en Defensa del Patrimonio Complutense, con todas nuestras fuerzas. Por Alcalá, por su Tierra, por su patrimonio y sus tradiciones. Por su economía y sus pobladores. Nos sumamos a lo que reza la anónima pancarta: ‘El patrimonio olvidado, es patrimonio perdido’. No podemos seguir perdiendo patrimonio.
Alcala ya ha perdido demasiado patrimonio histórico como para seguir perdiendolo. Es una verdadera pena que no se sepa cuidar algo tan valioso y que se permita ese deterioro en una ciudad Patrimonio de la Humanidas