- Javier se jubila publicando su tercer libro “Y de aperitivo, ¿qué les pongo?”. Un libro que refleja la sociedad actual bajo un prisma humorístico.
- Crónica gráfica de Ricardo Espinosa Ibeas para ALCALÁ HOY
El pasado jueves Alcalá Hoy tuvo la oportunidad de reunirse con el librero y autor Javier Rodriguez Álvarez, dueño de la Librería Cervantes, la librería más antigua de Alcalá, esta librería lleva en la ciudad complutense 73 años.
Los abuelos de Javier, al igual que mucha gente de esa generación se vieron obligados a emigrar a Venezuela en la posguerra y crear una vida lejos de su hogar. Fue allí, en Caracas donde se conocieron los padres de Javier y volvieron a España cuando éste tenía 8 años.
Tras el regreso a Madrid, el padre de Javier cogió un kiosko en la plaza Cervantes en el que principalmente se vendía prensa y alguna que otra novela. Javier empezó a ayudar a su padre con la intención de ir metiendo poco a poco más ventas de libros, y así continuó hasta que terminó su carrera de ingeniera.
Una vez finalizados sus estudios, Javier decidió montar una librería. Al principio seguía vendiendo prensa para poder pagar el local, pero una vez terminó de pagar la hipoteca, decidió centrar su librería a la venta exclusiva de libros.
Desde entonces, empezó a hablar con escritores, lo que llevó a tener un gran éxito, pues el hecho de que un ingeniero de caminos que además había sido número uno en su promoción, y que en esos tiempos esa profesión estaba muy bien pagada, decidiera cambiar su rumbo de las ciencias a una rama totalmente dedicada a las letras fue algo que sorprendió a muchas personas.
Ese éxito en el mundo de los escritores, y en Alcalá de Henares, le ha llevado a celebrar un total de 250 actos con 200 escritores, siendo el último encuentro en enero con los premios Planeta en Alcalá que desde hace cinco años se celebra en el Teatro Salón Cervantes.
Para Javier esta librería es muy especial, “Es la prolongación de mi casa, traje muebles de mi casa para sentirlo como mi hogar”, además Javier nos enseña que gran parte de los enseres de la librería son objetos de sus abuelos y sus padres, nos muestra un baúl de la posguerra con el que su familia viajó a Venezuela, un reloj de su abuelo, dos jamugas del monasterio de Yuste, incluso tiene un libro de firmas que cuentan con las palabras de Ana María Matute, Caré Santos el último premio Cervantes chico, Esperanza Aguirre, Miguel Delibes, Ángel Gabilondo…
Aunque es un hombre polifacético que disfruta de la vida y la cultura, entre sus aficiones está viajar, la música siendo el jazz y el blues sus estilos favoritos, la fotografía, también le apasiona e incluso jugar a la nintendo. Y aun con todas esas aficiones aprovecha el tiempo al máximo, tanto que ha sacado 3 libros: “Pues si eso, luego vuelvo”, “el Efecto Tyndall” que es la que más fama le ha dado y por último, hace 15 días que ha publicado su último libro “Y de aperitivo, ¿qué les pongo?”, formado por cuatro obras de teatro “entremeses al estilo de Cervantes”, se trata de un libro que refleja la sociedad actual bajo un prisma humorístico.
El 31 de diciembre esta librería pone su punto y final, o quizá un punto y aparte, la Librería Cervantes, tras la jubilación de Javier va a desaparecer hasta que alquile el local, pero mientras tanto la habilitará como su despacho donde creará un rincón especial para seguir escribiendo libros. Además tiene encargos que realizar, pues un gran teatro de Madrid le ha pedido que escriba una obra de teatro.
La librería de Javier continúa en la web con críticas y recomendaciones de libros
Eso sí, Javier nos informa de que cuando se jubile, continuará con la página web a instancias de las editoriales, pues la web http://www.lalibreriadejavier.com tiene muchas visitas y la gente le ha pedido que continúe con ella, y con las críticas y recomendaciones de libros que hace a través de esta web. A pesar de que la librería se llame Librería Cervantes, popularmente es conocida como la Librería de Javier y por eso la web recibe ese nombre.
Enhorabuena, Javier. Durante muchos años has sido un lujo para Alcalá.
Me acuerdo cuando llegaste de Venezuela a Santo Tomás a la clase de la señorita Lolita o don Marcelino, no lo recuerdo bien. Con aquel increíble reloj temático, que se diría hoy, en el que el pistolero marcaba los segundos con el arma desenfundada al ritmo del tic-tac. Algunos sábados íbamos a jugar al patio de la casa de tus abuelos a correr por la tierra y a subirnos al columpio que colgaba del árbol. Me acuerdo de tus bocadillos de queso o de cuando le sacábamos brillo al pupitre con la cera cada uno su mitad por supuesto. Como decían los Módulos “todo tiene su fin” y ahora empieza una nueva y larga aventura…
Felicidades jubileta
Tu compañero de pupitre
Una lástima que no tenga continuidad y que no se busque una persona capaz de continuar con esta labor. Pero, como ocurre a menudo en el mundo de los libreros, tal vez sobra ego y autoridad moral. Pareciera que los libreros son los adalides de la cultura y que solamente sus recomendaciones son las que valen. Si el proyecto es tan personal, acabará con la persona, pero que no esperen pena, porque es la persona quien lo mata en vez de darle continuidad. Egolatría.