- María Ángeles González, monitora de terapia Ocupacional del Servicio de Psiquiatría, se encarga de repartirlas por las plantas del centro.
María Ángeles abre el e-mail (estamoscontigo.hupa@gmail.com), se descarga las cartas, las imprime, las selecciona por grupos y después se encarga de entregárselas a las enfermeras que luego se las hacen llevar a los pacientes. “Ya llevo repartidas –dice- más de 200 desde que comenzó la pandemia”.
En la bandeja de entrada del correo electrónico, se encuentra a diario con envíos de una decena de personas. Hay cartas hechas a ordenador o manuscritas, pero también dibujos tanto de asociaciones como de particulares. Hay narrativa (alguna incluso escrita en árabe), pero también poesía, versos que sirven para convertir un instante de soledad y aislamiento en un rato agradable. Entre esos versos por correo también ha llegado el “No te rindas” de Mario Benedetti.
También hay cartas personales de familiares que viven fuera y que María Ángeles González entrega con mucha emoción. “Lo de las cartas”, explica, “es gratificante para el que las lee”. Y añade: “Yo, por lo menos, que soy lectora lo creo: te cuentan una narración y, en ese momento que lo estás pasando mal, yo creo que leerlo te anima”.
La labor de esta monitora de terapia ocupacional también se extiende a las cartas plastificadas de felicitación por los cumpleaños de los pacientes. “Cuando hay una felicitación me lo dicen a primera hora de la mañana y llamo al control para que salga la enfermera y entregue la felicitación; es un momento muy emotivo para el paciente”, reconoce.