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Echamos en falta, como no puede ser de otra manera, a Juan Duyos, uno de los grandes de la aguja que este año se ha apeado.
- Por Alison Marro / Crónica gráfica de DYD FOTOGRAFOS-DYDPPA/ Belén Díaz y Ricardo Espinosa para ALCALÁ HOY
Nuria de Miguel ha llegado en un momento difícil, muchas bajas y pocas incorporaciones. Total de 48 desfiles pasamos a 37. Pero ahora, a toro pasado, creo que esa bajada de diseñadores le ha venido muy bien a la MBFWM. No ha estado sobrecargado, se han hecho muchos desfiles fuera de Ifema, sitio de referencia de la pasarela madrileña, y encima podemos decir que han sido de un buen nivel.
Echamos en falta, como no puede ser de otra manera, a Juan Duyos, uno de los grandes de la aguja que este año se ha apeado. Pero de las incorporaciones, la más sonada, Pertegaz. Por primera vez la firma del gran maestro de diseñadores estaba en la pasarela, y de la mano de Jorge Vázquez. Un maravilloso desfile y un grandísimo acierto que se ponga a este diseñador gallego al frente de una de nuestras firmas de referencia. Es lo que hay que hacer. Las firmas españolas no se pueden perder. La moda española no se puede perder.
Siendo muy fiel al patronaje de Pertegaz, Jorge Vázquez exhibió el buen gusto y la buena costura. El palacio de Cibeles fue testigo de este estreno entre muchísimas caras conocidas, entre ellas, Isabel Preysler. Pero también se estrenaba Dominnico, un joven diseñador recién llegado de la pasarela Samsung Ego, es decir, la de las jóvenes promesas de la costura española. Ganador en la edición anterior, ha dado un paso de gigante al incorporarse a la pasarela de los consagrados y lo ha hecho de forma firme y contundente. Nos gustó mucho su naturalidad en las prendas y, especialmente, su frescura y sus ganas. La pasarela necesita ganas. Ganas de demostrar lo que se sabe hacer, que es mucho. Otra novedad, el afamado diseñador sevillano Fernando Claro, que solo dejó entrever en la pasarela que sabe coser, que su fama es merecida, aunque la colección no fue acertada en su conjunto.
También tenemos que hablar de los que no son novedad, pero que nunca defraudan. Entre ellos, el ganador de la mejor colección en esta edición, Juan Vidal. El maestro alicantino volvió a dejar esa sonrisa en el público cuando se ve una colección con iniciativas, con estilo, con elegancia, con frescura…. Diferente. Pero no fue el único: Ana Locking trajo una historia con sus telas, rompiendo barreras, pero no rompiendo con la estética, ni con la armonía. Magnífica. En otro registro, diferente en cuanto estilo, Marcos Luengo. El asturiano lleva poco en estas tablas, pero se maneja como pez en el agua. Nos preguntamos por qué. Creo empezar a entender su éxito: hace lo que le gusta, con sinceridad y con honestidad. Así se llega al fin del mundo. Y encima tiene unos looks con una elegancia y una actualidad admirables.
Fieles a su maestría, habría que destacar a tres grandes: Teresa Helbig, Roberto Diz y The 2nd Skin Co. Los tres han adquirido fama internacional. Imprescindibles en alfombras rojas. Y de los tres solo puedo soltar elogios. Colecciones elegantes, dulces, bien trabajadas, bien argumentadas y maravillosas en la estética.
Pero esta 71 edición de la pasarela madrileña habla, como todas las pasarelas, de tendencias, lo que se va a llevar este próximo otoño-invierno. Y solo tengo una cosa muy clara: los volúmenes. Serán imprescindibles en 2021. No se pierde el abullonado de las faldas, pero el protagonismo lo va a acaparar las mangas. Adornos: volantes, discretos, pero volantes, desde el canesú; algún fleco, pero poco. Y se rebaja el brillo. Los brillis-brillis se dejan, gracias a Dios, aparcados hasta próxima ocasión.