FITUR 2020: Ir a nada

¿A qué ha ido Alcalá a FITUR? Pues a presentarnos a nosotros mismos diez nuevas ilustraciones promocionales, la reconversión de la Plaza de Toros, el programa “Complutum renacida”, la danza flamenca de Pilar Barbancho, los show-cookings habituales, la Semana Santa y las otras fiestas de interés turístico nacional. ¿De verdad es necesario 65.000 o 70.000 euros en un día en la Feria Internacional de Turismo para esto?

Foto del ayuntamiento

Foto del ayuntamiento

Que Alcalá esté en FITUR nos viene a costar al menos unos 65.000 € al año. ¿En que gastamos ese dinero? ¿Tiene sentido? ¿Qué objetivos tiene el despliegue presencial en una Feria Internacional de Turismo en la que nuestra ciudad es mucho menos que una gota de agua en el océano?

Si fundamentamos nuestra respuesta en el análisis de la programación de Alcalá, la conclusión es muy clara: pagamos un photocall muy caro. A lo que parece, el stand alcalaíno se limita a ser escenario de presentaciones diversas: las gastro-ofertas de amigos y conocidos que bien merecen el escaparate; las novedades de productos turísticos locales; algunas pruebas deportivas de mayor alcance y poco más. Se presentan en FITUR como se podían presentar en Santa María la Rica o en Salón de Plenos. De hecho, se presentan en FITUR y se vuelven a presentar antes y después en Santa María la Rica y en el Salón de Plenos. Gracias a estos complementos de silicona podemos lucir más pecho en la Feria, pero poco más. No hay tampoco aquí demasiado brillo ni demasiada intención.

Sobre todo porque delante de cada presentación, el patio de butacas está vacío. Los que hay al otro lado del alcalde o concejala parlante son otros concejales, hosteleros, empresarios, funcionarios del área y amigos varios de la propia ciudad que asisten a la presentación de sus propios productos. Es decir, que nos las presentamos a nosotros mismos en un ejercicio onanista de primera magnitud. Y nos morimos de satisfacción por lo buenos que somos. A 50.000€ cada edición, por lo menos. Y ¿para qué?

Sabemos a qué fue la reina consorte, Letizia Ortiz Rocasolano: a rendir pleitesía de anfitrión a la pequeña y todopoderosa Corea del Sur como país protagonista de la edición. Sabemos a qué fue Pedro Sánchez: a rendir pleitesía de cuasi rehén a la Cataluña pre-independentista y, ya que el stand de Cataluña fue el visitado en primer lugar, a visibilizar ante todo el mundo que cuidar a las actuales instituciones catalanas está en primer lugar de su agenda.

Pero ¿a qué ha ido Alcalá a FITUR? Pues a presentarnos a nosotros mismos diez nuevas ilustraciones promocionales, la reconversión de la Plaza de Toros, el programa “Complutum renacida”, la danza flamenca de Pilar Barbancho, los show-cookings habituales, la Semana Santa y las otras fiestas de interés turístico nacional. ¿De verdad es necesario 65.000 o 70.000 euros en un día en la Feria Internacional de Turismo para esto?

La respuesta tiene que ser negativa: lo que hacemos en FITUR y hacer nada viene a ser más o menos lo mismo. Lo que no quiere decir que no haya que estar. Pero estar así, no merece la pena. FITUR son, en realidad, dos Ferias distintas: la profesional y la abierta al público. En la profesional no estamos pintando nada. Somos un escaparate de espejo en el que nos miramos a nosotros mismos. No hay una programación de contactos profesionales, no hay actividad “comercial”, no hay atracción ni captación de fuentes emisoras, no hay búsqueda de activos o alianzas institucionales… y si quieren la prueba palmaria aquí la tienen: el “Protocolo de Colaboración Turística” entre Alcalá de Henares y Guadalajara se firma en FITUR… pero en el stand de Castilla La Mancha con todas las autoridades castellano manchegas, mientras que en el nuestro se repartían garrapiñadas y rosquillas, que eso si lo sabemos hacer.

En el otro FITUR, el abierto a los coleccionistas de folletos y merchandising, bueno, podemos estar. Incluso tiene más sentido. Alcanzar el corazón o el estómago de algunos madrileños y conseguir que se acerquen a visitar la vieja Complutum puede ser más productivo que subvencionar por la puerta de atrás a algún medio de comunicación local  y a un blog digital  que dan cobertura a la hoguera de las vanidades y que son, posiblemente, los únicos que hacen negocio allí en esos días.

Así que estar, claro que hay que estar. Alcalá de Henares tiene que estar en FITUR. Pero por lo que podemos ver, no hay nada que se haga en FITUR que no se pueda hacer mejor en otro momento, en otro lugar y con otra proyección.

Debería el gobierno del PSOE presentar las cuentas y, por supuesto, presentar los resultados más allá del sospechoso habitual ese de “han visitado nuestro stand miles de personas”. Deberían presentar unos resultados que justificaran mantener un stand propio fuera del de la Comunidad de Madrid y fuera del de las Ciudades Patrimonio; y, por supuesto deberían presentar indicadores de cumplimiento de objetivos, si es que ha habido objetivos y si ha habido cumplimiento. Y luego debería presentarse el programa de actividades. Pero las actividades por sí mismas, no pueden ser el objetivo de la inversión pública en FITUR. Son los árboles que no dejan ver el bosque.

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1 Comentario

  1. Y esto se sabe porque FITUR es un gran escaparate…

    No me quiero imaginar la ingente cantidad de dinero que se nos escapa a todos los españoles en diferentes eventos que no van a ningún lado.

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