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El lunes 21 de octubre hemos vuelto a celebrar el “Círculo de hombres contra la violencia machista” en la plaza junto a la Capilla del Oidor.
“Es de agradecer también la sintonía de muchas mujeres que acudieron a nuestro acto y manifestaron su simpatía con nuestra iniciativa”, se afirma desde la Asociación Agua de Mayo.
La rueda de hombres contra la violencia es un acto convocado por el grupo “Hombres de mayo” y por AHIGE (Asociación de Hombres por la Igualdad de Género) para que los hombres nos posicionemos públicamente contra la violencia machista, que ya lleva dos años celebrándose en Alcalá de Henares.
“La violencia no puede ser un problema de las víctimas que la sufren, sino de los hombres que la ejercen y, por lo tanto, la solución está en la responsabilidad del cambio en los hombres y en la obligación de rechazarla públicamente” dicen en un comunicado.
Continúa el escrito de Hombres de Mayo afirmando que “Hombres y mujeres formamos un círculo contra la violencia, escuchamos canciones y lecturas y terminamos leyendo un manifiesto.
Manifiesto “Los hombres decimos no a la violencia machista”
Son extremadamente dolorosas las cifras de mujeres, y sus hijos e hijas, víctimas de la violencia machista.
Es una lacra social y no es solo un problema de las víctimas. No. La violencia es un problema principalmente de los hombres. Pero que afecta, y muy gravemente, a las mujeres y a sus hijos e hijas. Es obvio, pero tenemos que insistir. Los responsables somos los hombres y en nuestras manos está ponerle fin.
¿Por qué y para qué nos reunimos hoy aquí?
Lo hacemos hoy 21 de octubre porque así lo viene haciendo el movimiento de hombres por la igualdad en todo el Estado desde 2006. Hoy, en este momento, están convocadas más de 30 ruedas como esta en todo el territorio nacional.
Nos reunimos aquí para responsabilizarnos como colectivo masculino, no para culpabilizar a todos los hombres. Los culpables de los asesinatos y del maltrato son los que lo realizan, pero todos los hombres tenemos la responsabilidad grupal e individual de confrontarles, de no guardar silencio, da alzar la voz, de mostrarnos públicamente en contra de la violencia machista.
Nos reunimos aquí para interpelar a todos los hombres, a todos, para comprometernos a renunciar a los múltiples privilegios que la sociedad nos ha otorgado tradicionalmente a los hombres y que son la base de la desigualdad entre mujeres y hombres en los ámbitos laboral, familiar, sexual, económico, etc. Porque la violencia no consiste solo en insultar, someter y golpear sino también en acosar, ignorar, ningunear, discriminar, cosificar, controlar, abusar de su tiempo, abusar de su disponibilidad, etc, etc.
Nos reunimos aquí para enfatizar, especialmente en este momento, la necesidad de nombrar a esta forma de violencia como tal: “violencia de género”. No nombrarla o sustituirla por otros términos como la violencia intrafamiliar o doméstica no hace sino confundir intencionadamente. Porque niega las causas, es decir la cultura machista y la desigualdad estructural entre mujeres y hombres, porque oculta la enorme gravedad y dimensión del problema y porque invisibiliza que hay unos responsables (hombres) y unas víctimas (mujeres y sus hijos). Queremos además denunciar los intentos de ganar adeptos entre los hombres contra las leyes de protección y contra el movimiento feminista haciendo creer que van en contra de nosotros los hombres y victimizándonos.
Nosotros no nos sentimos en absoluto amenazados por el feminismo sino al contrario, aliados para construir un mundo mejor.
Nos reunimos aquí para animar a mujeres y hombres a participar en los actos que se celebren en torno al 25 de noviembre, Día internacional para la erradicación de la violencia contra las mujeres.Nos reunimos aquí para llamar a los hombres a rechazar cualquier tipo de complicidad, de supuesta solidaridad masculina, de tolerancia a la violencia y de silencio. Es imprescindible la sanción social, tu acción y tu voz, Por eso decimos una vez más y muy alto: no te limites a contemplar desde la distancia y no mires para otro lado porque… EL SILENCIO NOS HACE CÓMPLICES.
¡Bravo, compañeros!