- Creo que la fuente se debería de quedar como meramente ornamental con los caños manando permanentemente sobre un pilón lleno de agua, como está la de la Plaza de Palacio.
- Crónica gráfica de Ricardo Espinosa Ibeas para ALCALÁ HOY
En nuestra ciudad hemos asistido a rectificaciones importantes sobre la ubicación de monumentos o a la paralización de proyectos cuya ejecución era desastrosa al menos cuatro ocasiones, y la reubicación de la Fuente de los Cuatro Caños es la última de esta serie. Que una rotonda viene bien en la zona, es cierto, que la fuente no debe de quedar relegada en una plaza a la que si no le da su nombre oficial si se lo da de hecho y es una seña de identidad de nuestra ciudad, también lo es.
El debate en estos días sobre su traslado o sobre la idoneidad de ubicarla en la rotonda tiene uno de sus puntos clave en la idea de que la fuente siga sirviendo para beber, idea que creo que es errónea puesto que este tipo de fuentes, fueron diseñadas en el siglo XIX para llenar recipientes y abrevar al ganado caballar, por eso son tan incomodas para beber y de hecho casi nadie lo hace, y cuando se vuelva a abrir la plaza al público se va a comprobar que es así, lo mismo le ocurre con la fuente de la Plaza de la Victoria.
En mi opinión la fuente se debería de quedar como meramente ornamental con los caños manando permanentemente sobre un pilón lleno de agua, como está la de la Plaza de Palacio. Pero tampoco creo que debe de situarse en la rotonda donde aunque provocaría perspectivas bonitas, daría la sensación de algo inasequible, distante.
Creo que el lugar idóneo es más o menos donde estaba, cerca del paso de peatones entre la Calle de Libreros y la Avenida de Guadalajara, a unos dos metros de donde estuvo, donde ningún edificio la absorbe y donde es el eje visual de la plaza como siempre lo fue. A su vez la farola debería de ser desplazada a hacia el edificio del fondo, situando además a su lado una fuente de pie para beber del tipo de las que hay en la Plaza de Cervantes.
Donde se pretende situar la fuente esta queda claramente postergada, y este sentimiento nos lo produce a muchos ciudadanos, no hace falta ser muy observador, pues el edificio contiguo “la puede”.
¿Por qué se plantea entonces ubicarla al fondo?
En un comentario que publique en mi muro de Facebook nos dio la clave el pasado día 13 Pilar Lledó Collada, la Presidenta de la Institución de Estudios Complutenses al darnos a conocer la argumentación del arquitecto municipal Cristóbal Valhonrat: “Se trataba de elegir entre el valor histórico de la fuente, y el de la farola. Adivina por cual se ha decantado” , “…. y la explicación fue tal cual en el consejo de patrimonio. Total, era una copia, ya la habían trasladado varias veces y no tiene valor histórico, ni simbólico, ni de uso. Tal cual. En cambio, la farola es histórica y queda mejor en el centro” , “Lo peor es que nos dejó tan atónitos que nadie fue capaz de replicar tal explicación”
Creo que esto es no entender para nada lo que esta fuente significa para los complutenses, y con todos los respetos, teniendo en cuenta el valor de la farola, que esta pase a ser el elemento dominante de la plaza me parece inconcebible: ¿Cree el arquitecto que la Corporación Municipal la hubiese reconstruido en 1991 si no hubiese sido consciente del valor simbólico que esta fuente tiene para nosotros?
El caso es que parece que la idea del arquitecto no solo dejó sin habla a los miembros de la Comisión Local del Patrimonio de la Humanidad, también al Alcalde y demás miembros de la Corporación Municipal.
El caso es que esto no es nada nuevo, ya se han dado al menos cuatro casos similares que yo recuerde:
- Trasladar el Monumento a Manuel Azaña a la rotonda porque el anfiteatro impedía su visión.
- Reubicar el Monumento al Cardenal Cisneros desde un pulpito delante de la Biblioteca de la Universidad.
- El proyecto de demolición de la Capilla de la Quinta Cervantes para sustituirla por un edificio de tres plantas de forma cúbica adosado al edificio central de la Quinta.
- El intento de construir una torre de cristal adosada a la Torre de Santa María de la Plaza para hacer un mirador.
En estos dos últimos casos no se dio una revuelta popular, pero si una reacción ciudadana de numerosas entidades que impidió tamaños desatinos.
Ahora la Corporación Municipal verá lo que hace, si mantiene el proyecto no solo va a descontentar a numerosos ciudadanos, sino que el hueco en el centro de la plaza va a ser palpable por todo el mundo, incluidos los miembros de la corporación cada vez que pasen por ahí, ellos verán, pueden rectificar ahora, en el caso de la peatonalización de la calle de Libreros captaron muy bien el sentir popular y acertaron, o sino habrá que esperar a que otra corporación municipal rectifique, ya se sabe que el tiempo pone en su sitio a las personas y a las cosas.
Que lastima de Arquitecto señor Cristóbal tantos años de estudio para llegar a esto…
Este es un ejemplo claro de lo que llega a ser una carrera postrado en la administracion publica.
En la empresa privada esto seria despido inmediato pero claro funcionario y encima en Alcala de Henares…
Una vergüenza lo que han hecho. Gastarse nuestro dinero para mover la fuente.
Ahora nuestro alcalde-rotondas puede llamar a esa plaza en vez de cuatro caños LA PLAZA DE LA BOMBILLA.
En fin, que lastima de mentes pensantes, y lo peor que cobran por ello de nuestos bolsillos
el caso quitar aparcamientos y sobre todo no pongais plantas ni arboles en la plaza (sarcasmo)
Bueno, Vicente, todos sabemos que este arquitecto nunca se ha caracterizado por su preocupación por el patrimonio arquitectónico complutense, al menos en lo que respecta a su conservación y restauración respetando lo antiguo y evitando incrustar en él elementos contemporáneos que lo desvirtúen.
Pero lo que me sorprende es su desconocimiento respecto a la farola. A diferencia de las de la plaza de Cervantes, que sí eran antiguas y, mucho me temo, la más cercana a la capilla del Oidor se encuentra en paradero desconocido, tanto esa como otras farolas fernandinas que hay repartidas por Alcalá son réplicas modernas de unos originales madrileños del siglo XIX, y si no me falla la memoria ésta debió de ser colocada allí más o menos cuando se reconstruyó la fuente hace veintitantos años.
Así pues, su sorprendente argumento se vuelve contra él mismo. Pero claro está, no era cuestión de preguntar a la gente entendida, no fuera que se demostrara que sabían más que él… al menos en este detalle.
Sr. Fernández, con todo respeto, debiera UD preocuparse mas de que retiren el árbol existente en el encuentro de las calles Avda Guadalajara y la propia plaza, un verdadero problema de accesibilidad y de comunicación y no de cuestiones secundarías como la que menciona en su artículo.
Ese árbol si que es un problema y una atrocidad lo que esta haciendo este ayuntamiento y no lo que UD dice.
Desde luego como no lo quiten, este alcalde no volverá a tener mi voto pues demuestra poca o ninguna sensibilidad con las personas con problemas de movilidad en particular y con los ciudadanos en general.
Gracias