Rara Avis, un acto comprometido, valiente y responsable | Por Teresa López

A las que gustamos de nadar contracorriente no nos resulta complejo salir de los estereotipados flujos de opinión dogmáticos, facilones, demagógicos o que incluso tengan la siempre sospechosa pretensión de ser “políticamente correctos”. Especialmente cuando, además, se convierten en un medio para trasladar un mensaje de crítica destructiva y están provistos de un marcado afán por dañar al rival político sea como sea y cueste lo que cueste. Por eso no voy a entrar a valorar el tema relacionado con Irene y Pablo que tanta expectación (y visceralidad) está despertando desde que se diera a conocer -por cierto de una manera vil y miserable- la compra de su vivienda.

Sin embargo, sí considero oportuno reflexionar acerca de cómo han reaccionado ambos a los continuos y furibundos ataques que están experimentando y que trasciende el ámbito puramente político para avasallar de lleno su vida privada y personal, al parecer sin ningún tipo de límites. Y lo haré sin perder de vista el verdadero meollo de la cuestión que no es otro que el de tratar de justificar el enésimo ataque contra Podemos y contra lo que representa nuestra propuesta política.

Con frecuencia los árboles impiden ver el bosque y de eso precisamente tratan estos ataques. Sin embargo,  el bosque está ahí y sigue creciendo a pesar de quienes intentan destruirlo a toda costa. Unos pirómanos que, a decir verdad, tampoco es que resulten demasiado brillantes ni originales sino más bien unas voces sobre otras que se limitan a repetir el eco para conseguir más notoriedad, más protagonismo y como no, aportar su granito de arena en el linchamiento no sólo de dos personas y sus circunstancias propias, sino de una forma de entender que es posible hacer política de otra manera, que es posible cambiar este país, que es posible la honestidad, que es posible la esperanza.

Dice el saber popular que el movimiento se demuestra andando. Y Podemos desde su nacimiento no ha parado de caminar y crecer, de aprender, de madurar. De enfrentarse a la crítica y a todo tipo de ataques (algunos de ellos potencialmente devastadores) muchas veces apoyados –cuando no protagonizados- por personas y grupos de muchísimo poder económico.

Ahora Pablo e Irene, que por decisión de la militancia son el Secretario General de Podemos y la Portavoz en el Congreso de los Diputados respectivamente, vuelven a demostrar que la política y el papel de los representantes políticos pueden ejercerse de otra manera. Y lo hacen igual que lo ha hecho el propio partido siempre: a pecho descubierto, con honestidad y asumiendo toda la responsabilidad de sus decisiones.

Sea cual sea el resultado de la consulta por la que se plantea a la militancia si ambos deben continuar o no ejerciendo sus roles políticos, lo cierto es que Podemos vuelve a demostrar –por encima de los cargos- que es la única apuesta de futuro, de un futuro mejor para este país.

Y no sólo por el hecho, único y singular, que representa la propia consulta (nunca antes en la historia de este país una formación política demostró tanta libertad de pensamiento, tanta capacidad de autocrítica, tanta transparencia ni tanta horizontalidad) sino también por la capacidad del propio partido para hacerse más fuerte, más sólido y más capaz.

Y eso da mucho miedo a algunos. Sí, les da mucho miedo a las estructuras ultraconservadoras y defensoras del sistema y a sus más fieles sirvientes, que someten a la mayoría mientras premian, protegen y blindan las corrupciones y los actos delincuentes de una élite económica cuyo poder se sustenta sobre el abuso y la injusticia social.

¿Se imaginan ustedes a un tal M. Rajoy, a un tal P. Sánchez o a un tal A. Rivera teniendo que explicar cómo han comprado sus casas, cómo las han financiado, cuánto va a pagar cada uno de los miembros de la familia por ella, dónde está ubicada esa vivienda, por qué la han comprado, cuántas habitaciones tiene, cuántos metros cuadrados, qué tipos de retratos hay colgados en las paredes, cómo son y de qué raza son sus perros o, aún peor, cómo son las ecografías de sus futuros hijos? Seguro que no. ¿Y, por qué no? Pues porque sólo contra Podemos todo vale. O mejor dicho: lo que sería inadmisible para cualquier otro personaje político sí es válido para atacar a Podemos y a sus representantes.

No nos engañemos y sobre todo no nos dejemos engañar. En realidad todo lo que sirva para intentar tapar lo imposible de ocultar va a resultar válido si el objetivo final –declarado o no- es destruir a Podemos. Porque es imposible ocultar el desfile de militantes (unos ya condenados, otros presuntos) miembros del Partido Popular que han desfilado, desfilan y desfilarán por los tribunales. Porque es imposible ocultar la injusticia social que asola nuestro país, la precariedad laboral, la desigualdad en materia de género, el atropello y la pérdida de derechos fundamentales, la destrucción de la sanidad y de la educación públicas…aunque ahora interese más hablar de una casa, de un jardín.

En unos días la militancia de Podemos decidirá  lo que tenga que decidir. Su opinión será vinculante y soberana. Y el resultado de esa consulta definirá el futuro en el cargo (o fuera de él)  para dos personas.

Sin embargo, no va a eliminar a Podemos del escenario político. Podemos nació del pueblo y con el pueblo. Y ha llegado para quedarse, por más que les pese aquellos que no dudarán en hacer cualquier cosa, cualquier cosa por miserable que pudiera parecer, para desprestigiar a la única opción de esperanza real para gente.

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