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La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alcalá de Henares, propulsora de esta iniciativa
Este monumento, que consiste en un arco de medio punto inconcluso, se ha instalado en el lugar en el que en la posguerra, fueron fusiladas varias personas por su defensa de la legalidad republicana y de las libertades.
El alcalde de Alcalá de Henares, Javier Rodríguez Palacios y la primera teniente de alcalde, Olga García, junto al presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alcalá de Henares, Manuel Ibáñez, han participado hoy en la inauguración del memorial en recuerdo de los presos fusilados por la dictadura franquista en el antiguo campo de tiro del Val.
El alcalde complutense recordó en el acto “la labor de reconocimiento y memoria que el equipo de Gobierno lleva realizando estos tres años” y aludió la placa conmemorativa de la figura de Melchor Rodríguez, así como el homenaje a las personas que salvaron la partida bautismal de Miguel de Cervantes.
En sus intervenciones, tanto el primer edil como la concejala de Patrimonio destacaron la importancia de esta memoria y recordaran que “no hay verdadera paz sin justicia ni memoria”.
Por su parte, el presidente de la ARMHADH recordó la finalidad de la asociación, investigando y difundiendo aspectos históricos de una época oscura y muchas veces olvidada, recogiendo el testigo de otras asociaciones que previamente también han desarrollado su labor, con el Foro del Henares.
Este memorial nació tras conocer la ARMHADH historias orales sobre la posibilidad de que, inmediatamente terminada la Guerra Civil, se produjeran en la zona del Val fusilamientos. Tras consultar diferentes fuentes, artículos previos publicados en prensa local y localizar documentación clave en el Archivo Municipal, se solicitó en 2015 a los partidos políticos su implicación para erigir un memorial que recordase aquellos acontecimientos.
Tras una intensa labor, y el apoyo del Gobierno municipal local, el Pleno del Ayuntamiento de Alcalá aprobó definitivamente su construcción el pasado 19 de marzo.
Manuel Ibáñez explicó que en el lugar donde ahora se les recuerda con un arco de ladrillo ‘roto’ murieron al menos 16 personas, “víctimas” todas ellas condenadas en consejos de guerra sumarísimos sin posibilidad de defensa justa, con expedientes colectivos para ahorrar tiempo, con defensores sin preparación que no desdecían al fiscal, con pruebas de escaso peso basadas en delaciones, torturas o amenazas.