El odio palidece ante un abrazo | Por David Cobo

"El padre de Xavi, el niño de tres años asesinado en Las Ramblas, se fundió este pasado jueves en un abrazo con el Imán de Rubí (Barcelona). Con este gesto ejemplar ha desactivado el odio que pretende sembrar el terrorismo yihadista y la extrema derecha sobre los musulmanes. La capacidad de empatía de este señor, incluso en estos momentos en los que estará inmerso en un dolor indescriptible, la considero de una grandeza infinita. Ha demostrado que la razón y la solidaridad pueden hacer palidecer al odio".

Rubi 24 08 2017 Sociedad Javier Martinez padre de Xavi Martinez y Silvia la madre de la victima de tres anos de los atentados de Las Ramblas emocionados junto al iman suplente Driss Sallym en Rubi durante la concentracion frente al Ayuntamiento por las victimas Fotografia de Jordi Cotrina

 

Desde el 11-M el odio no nos había golpeado tanto, no nos había removido el corazón y las tripas de tal manera. Barcelona, ciudad abierta, no sangraba tanto desde los asesinatos etarras de Hipercor.

Máximo reconocimiento a las fuerzas policiales que con profesionalidad y valentía admirables han salvado un número indeterminado de vidas. Al personal sanitario, héroes anónimos, que cada día hacen lo posible por sanar a los múltiples heridos que aun continúan debatiéndose entre la vida y la muerte.

Barcelona volverá a sonreír, se recuperará como se recuperó de la masacre de más de mil asesinados en los bombardeos fascistas de 1938, se levantará porque la vida siempre se abre camino, como la raíz de una planta que resquebraja el cemento buscando agua.

Estos días, al dolor e incertidumbre generada por el terrorismo yihadista, se suma el oportunista intento de la extrema derecha de meter a todos los musulmanes en el mismo saco, de apuntalar xenofobia e intolerancia utilizando a las víctimas y vendernos su tóxico mensaje.

Hay algo que tienen en común el yihadismo y el fascismo. Ambos piensan que tendrán buena cosecha sembrando odio.

El padre de Xavi, el niño de tres años asesinado en Las Ramblas, se fundió este pasado jueves en un abrazo con el Imán de Rubí (Barcelona). Con este gesto ejemplar ha desactivado el odio que pretende sembrar el terrorismo yihadista y la extrema derecha sobre los musulmanes. La capacidad de empatía de este señor, incluso en estos momentos en los que estará inmerso en un dolor indescriptible, la considero de una grandeza infinita. Ha demostrado que la razón y la solidaridad pueden hacer palidecer al odio.

No podemos permitir que el odio yihadista alimente al odio de la extrema derecha.

Hace pocas semanas que un joven estadounidense, adoctrinado por el fascismo, el racismo y el Ku Klux Klan, arremetió con un coche contra una manifestación antirracista en Charlottesville (Virginia), ocasionando la muerte de una joven y causando decenas de heridos. Este atentado y el de Barcelona son dos caras de una misma moneda, la expresión del odio al diferente.

Charlottesville y Barcelona han sufrido diferentes versiones de un idéntico mal. El llegar a pensar que tus problemas pueden solucionarse eliminando a aquel que no piensa como tú, que no reza a tu divinidad, que no nació en tu país o no tiene tu color de piel.

Sería un error culpar a todos los musulmanes de lo sucedido en Barcelona. Cómo sería un error culpar a todos los estadounidenses de las locuras de este o aquel presidente. Cómo sería un error culpar a todos los judíos de los bombardeos indiscriminados al pueblo palestino…

El Estado Islámico no representa a los musulmanes, es más, la inmensa mayoría de las víctimas del Estado Islámico son musulmanas.

No se han secado las lágrimas, pues siguen brotando, pero debemos mirar más allá, buscar porqués para hallar soluciones. A veces es más difícil dar con las preguntas que con las respuestas.

¿Cómo es posible que jóvenes criados en Ripoll, en Girona, salgan a segar vidas inocentes en lugar de utilizar la energía y entusiasmo de su juventud en construir un mundo mejor? Algo o alguien les ha inoculado el deseo de matar por matar, sin importarles morir.

La comunidad musulmana no es culpable de nada, pero aquellos que utilicen y manipulen la religión para sembrar odio sí lo son.

¿De dónde sale el Estado Islámico? ¿Quién lo arma y financia y con qué propósito? ¿Quién le está comprando el crudo y el algodón hoy al Estado Islámico? ¿Cuáles son las relaciones de Qatar y Arabia Saudí con el Estado Islámico? ¿Quienes se han servido de la proliferación del integrismo islámico en lugares donde antes no existía, léase Afganistán, Irán, Irak, Libia, Siria…?

Si analizamos la realidad no nos encontramos con una simplista confrontación religiosa entre Islam y Occidente. No, en absoluto. Atentados como el de Barcelona se están dando a diario en ciudades como Kabul, Damasco o Bagdad. Lo que hay verdaderamente es la vieja instrumentalización y manipulación política de la religión para alcanzar objetivos de poder.

Esta historia de financiación y propulsión del yihadismo comenzó en Afganistán, donde no siempre hubo talibanes ni burkas. Estados Unidos en 1979 armó y financió a un ejército de 30.000 mercenarios muyahidines para arrasar y derrocar al gobierno de izquierdas de Afganistán, la “Operación Ciclón”. Tal y como reconoció el asesor de seguridad del presidente Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, a la pregunta de la revista francesa ‘Le Nouvel Observateur’ (21-1-1998).

Si Afganistán fue objetivo entonces, Irán, Irak, Libia… lo fueron después y Siria lo es ahora.

Se ha armado y financiado al integrismo para desestabilizar gobiernos y colocar otros afines. Se ha amamantado a la bestia como herramienta para generar guerra y destrucción en aquellos estados que no fueran afines al Imperio. Pero dicha bestia tiene capacidad de difundir su mensaje en la red, manipulando el mensaje religioso, y posibilidad de sembrar el terror lejos de donde fue creado.

Cualquier intento de acabar con el yihadismo pasa por el apoyo a quien lo combate sobre el terreno y no al revés.

Aquí, en Europa, me quedo con el mensaje del Teniente Segura tras los atentados de París en noviembre del 2015;  “Ni las bombas nos defenderán de los atentados, ni las penas de cárcel de los suicidas. La solución es educación, progreso, integración…”.

No veo cristianos, no veo musulmanes, judíos, budistas ni ateos, como yo… sólo veo familias trabajadoras que aspiran a vivir dignamente. Gentes que continuamente somos tratadas de manipular para que creamos que nuestro enemigo es aquel con el que compartimos andamio, nuestro vecino de abajo, aquel que nos da la vez en la cola del pan y en la de sellar el paro.

 

David Cobo . Coportavoz de Izquierda Unida Alcalá

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1 Comentario

  1. Amigo Cobo, los primero de todo es recordar que “la religión es el opio del pueblo”. Debemos acabar con todas las religiones y no contemporizar con ninguna. Ninguna es ninguna, ni siquiera esa que ahora nos quieren introducir a través de financiación saudí, qatarí y marroquí. Una verdad, como la que explicas exponiendo por qué creció el integrismo yijadista de mano de Estados Unidos y sus aliados, no deba ocultar la otra, la realidad de que el islam pretende imponernos sus usos y someternos a supersticiones similares de las que hemos podido escapar en España después de muchos esfuerzos. Por tanto, ni invasores e imperialistas gringos ni invasores e imperialistas musulmanes, aunque se disfracen de inmigración económica o asilo, porque los musulmanes, como bien dicen ellos mismos, no tienen nacionalidad, sino que su nación es la comunidad islámica, la “umma”, y sus creencias medievales les dicen que deben extenderla a todo el mundo.
    Un saludo.

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