- Después del enfrentamiento, José Antonio F.C. entró en el establecimiento, cogió un cuchillo y a continuación salió de nuevo a a calle para apuñalar a la víctima, que falleció en el acto.
- La Fiscalía pide 12 años de prisión
Según el escrito de acusación provisional, los hechos ocurrieron en agosto de 2014, cuando el acusado mantuvo una discusión con un hombre de 40 años (también español) fuera del bar que regentaba en Alcalá de Henares, que terminó en un forcejeo.
Después del enfrentamiento, José Antonio F.C. entró en el establecimiento, cogió un cuchillo y a continuación salió de nuevo a a calle para apuñalar a la víctima, que falleció en el acto.
Unos viandantes encontraron el cuerpo sin vida del agredido y llamaron a la Policía, al tiempo que el acusado telefoneó al 091 para avisar de que “un hombre había acudido a matarle a su establecimiento y él se había limitado a defenderse“. El individuo explicó que el fallecido había golpeado a su mujer con una barra de hierro y que eso fue lo que le llevó a apuñalarlo.
Un testigo del suceso relató que el fallecido era un conocido chatarrero de la zona y junto a su cadáver se encontró un punzón, que, al parecer, llevaba la víctima supuestamente para defenderse.
Los hechos ocurrieron pasadas las 22.30 horas del miércoles 28 de agosto de 2014 a la altura del número 3 de la calle Santa Mónica de Alcalá de Henares.
Según indicaron fuentes policiales, el presunto autor de los hechos tenía desde 2012 un antecedente policial por lesiones, mientras que la víctima, Oscar R.R., poseía 9 antecedentes por diversos delitos, como robos con fuerza, amenazas, agresiones o resistencia a la autoridad.
En marzo de 2015, tras pasar seis meses en prisión como autor confeso de un delito de homicidio, José Antonio F.C. fue puesto en libertad después de que la Audiencia Provincial de Madrid revocara la prisión provisional comunicada y sin fianza que el juzgado de Instrucción número 4 de Alcalá de Henares dictó contra el acusado.
De este modo, la sala aceptaba el recurso que interpuso la defensa al entender que asumió la autoría de los hechos, se entregó voluntariamente a la Policía y facilitó el arma y el resgistro de su vivienda. Además, señalaba que no había riesgo de que pudiera destruir pruebas ni de fuga, ya que tiene pleno arraigo familiar, por lo que no existían indicios de que pudiera eludir la acción de la justicia.
La familia de la víctima mostró entonces su indignación por la puesta en libertad del acusado.
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