- Al finalizar la obra tendrá lugar una mesa redonda a cargo de la concejala de Igualdad, Yolanda Besteiro, la escritora Laura Freixas, la directora de la obra, Jana Pacheco, y la autora de la misma, Nieves Rodríguez.
La obra muestra a un niño hambriento que se refugia en el cementerio donde se encuentra la tumba de María. Allí, frente a su lápida pronuncia las palabras que aparecen en el epitafio: “Levántate, amiga mía, y ven“. María Zambrano se hará presente para alimentar a ese niño y encontrar su última palabra, aquella que buscaba cuando le dieron el Premio Cervantes en 1988: la palabra perdida y única ante la incertidumbre social y política en la que vivimos.
La obra, de Nieves Rodríguez Rodríguez, está dirigida por Jana Pacheco, y coproducida por Volver Producciones&Arteatro P.T., con la colaboración de la Fundación María Zambrano, Sala Mínima, Lanau Espacio Creativo y OFF Latina.
El Ciclo IgualaTeatro ha incluido tres obras cuyo objetivo ha sido mostrar la igualdad entre hombres y mujeres. La primera de ellas, “No solo duelen los golpes”, tuvo lugar el 19 de enero, y la segunda, “Las visiones de Hildegard”, se representó el 23 de febrero.
- La tumba de María Zambrano ―pieza poética en un sueño― (Estreno 23 marzo 2017)
La Tumba de María Zambrano – pieza poética de un sueño-, de Nieves Rodríguez Rodríguez, no es un retrato biográfico de la pensadora, sino el eco de su filosofía, la herencia de su pensamiento y el reflejo de su razón poética. La escritora malagueña aparece en el texto como voz que atraviesa el tiempo, como mujer faro que nos habita, nos interpela, y nos llena de esperanza.
“Esta obra toma su nombre de aquella que escribiera la filósofa malagueña, La tumba de Antígona. Y como en ésta, la obra es un sueño, es decir, tiene forma de espiral. Y como en las espirales, el tiempo se funde, y al hacerlo, se multiplica. Así este mundo onírico que invita a soñar, a veces, y otras, a escuchar este delirio” dice su autora, Nieves Rodríguez.
Desde la dirección, Jana Pacheco aborda el texto como un detonador mágico para construir una dramaturgia corporal repleta de imágenes. Poesía y movimiento van de la mano para trasladar el universo zambraniano a la escena. “María Zambrano es una de las filósofas más importantes que tenemos en nuestro país. Su palabra ha servido de guía para muchas autoras de generaciones posteriores. Leer a María Zambrano es un viaje hacia la esperanza. La obra, desde su universo onírico, deja un mensaje imprescindible: Necesitamos una Europa donde la última palabra sea PAZ”, dice Jana.