- Sobre el lugar, a simple vista, se observa parte de la cerca medieval, originalmente constituida por dos muros paralelos, distantes entre sí aproximadamente un metro.
- Están construidos con mampostería de piedra caliza, cantos rodados y ladrillos, ligados con mortero.
Entre medias de esos muros, a modo de encofrado, se situaría el material de relleno, que solía ser tierra, arcilla o escombros compactados. La sección actualmente visible ha sido dañada, para pasar la canalización moderna. Es decir, se ha destruido ahora, porque estorbaba en las obras. La otra parte de muralla, paralela, fue descubierta en una zanja anterior, ahora tapada.
” No hablamos de cuatro piedras de escaso valor”, se afirma desde el Grupo de Defensa del Patrimonio. “Este tramo de muralla debe ser parte de la ampliación efectuada a expensas del arzobispo Carrillo (a partir de 1454), debido al crecimiento urbano de la entonces villa de Alcalá”.
Se trata de una parte poco documentada, en un barrio conformado en el Medievo por viviendas humildes, colindantes con la mancebía. Al haberse descubierto en distintas zanjas, sin conectar los hallazgos entre sí (distintas obras, distintas empresas, distintos arqueólogos contratados por las propias empresas…), “entendemos que se ha infravalorado su importancia, reduciéndola, en una rápida y poco crítica apreciación, a una simple tapia carente de valor. Nada más lejos de la realidad“.
- El Grupo demanda que “la conducción se remate sin afectar a la estructura, reparando los daños ya causados“.
También pide que una vez solucionada esa parte, se acometa el descubrimiento de todo el tramo, de toda la sección de muralla.” O bien con una parte al aire libre, delimitada por pasarelas, o con un suelo transparente que permita su observación, sin comprometer el uso de la calle” . Para el GDPC asímismo, “sería de interés la colocación de un panel informativo, que explicase su importancia y relación con el trazado medieval de Alcalá“.
A no mucha distancia, aún se conserva otro tramo poco conocido de la cerca, en el interior de un edificio que albergó dependencias judiciales. Ese tramo, de reducidas dimensiones, salió a la luz durante la construcción del inmueble; afortunadamente se ha mantenido visible en el interior. “¿No habría tanta o más razón para conservar este otro tramo? ¿No va a haber medios para cambiar la actuación prevista y recuperar esta parte de nuestra historia?” “Creemos que es posible, e incluso exigible. Permitir el destrozo y abandono de esos restos, sería un atentado contra el Patrimonio Histórico, además de incurrir en la ilegalidad“.
Desde el Grupo en Defensa del Patrimonio Complutense se solicita la conservación urgente de estos restos, antes de que continúe su daño, degradación y que finalmente sean cubiertos, bajo la eterna política de “aquí no ha pasado nada“. Estas ‘piedras‘ forman parte de la Historia y del urbanismo complutenses.
El Grupo solicita que el ayuntamiento haga un seguimiento minucioso de las obras “propio, sin delegar en empresas externas, para que no caiga en el olvido y la desidia. Que no se permita la destrucción impune del patrimonio común de todos, por culpa de infravaloraciones ajenas al interés de la ciudad“.