- El autocontrol en que se basa el programa pasa por proporcionar al paciente un coagulómetro portátil, similar al que utilizan los pacientes diabéticos para los controles de glucemia.
- Además de la formación, los pacientes son instruidos en el acceso a un programa informático para registrar los resultados analíticos y las pautas.
El hospital ha explicado que cuando el paciente recibe un fármaco anticoagulante, está obligado a realizar controles periódicos para verificar que la sangre está “tan fina como tiene que estar“; en caso contrario, hay que aumentar o disminuir la dosis del anticoagulante.
La educación sanitaria del paciente anticoagulado es fundamental para que él pueda manejar su vida conociendo aquellos aspectos que pueden modificar los efectos de los anticoagulantes y con ello los niveles de coagulación.
- Tras recibir formación en el centro médico sobre el uso del aparato, los pacientes podrán realizar de forma autónoma los controles analíticos y la pauta del tratamiento.
“El autocontrol mejora la adherencia al tratamiento en los pacientes, implica menos complicaciones clínicas, reduce el número de desplazamientos al centro sanitario y el absentismo laboral”, explica la jefa del Servicio de Hematología, Montserrat López Rubio. Así, el paciente está más controlado y estabilizado, con un porcentaje más alto de valores INR (parámetro de medición analítica) en rango terapéutico, disminuyendo la posibilidad de complicaciones clínicas.
Los resultados son supervisados por los sanitarios a través de una plataforma en Internet en la que los pacientes pueden también plantear sus dudas y necesidades