- El histórico Cuartel de Lepanto se está reformando actualmente para residencia universitaria. El Grupo en Defensa del Patrimonio Complutense considera que, lejos de ser una intervención respetuosa, se están causando graves alteraciones al edificio, más que todas las sufridas en su azaroso siglo y medio de vida.
- Paradójicamente, estas lesivas actuaciones cuentan con el beneplácito del Ayuntamiento de Alcalá de Henares y la Comunidad de Madrid.
Informa este Grupo en una nota de prensa recibida hoy mismo, 6 de julio, que “creyendo imposible que semejante atropello contara con autorización, desde el Grupo nos hemos dirigido al Ayuntamiento de Alcalá. La sorpresa ha sido mayor, pues desde el consistorio se nos confirma que el Ayuntamiento era conocedor de la intervención, y que cuenta con sus permisos y parabienes, así como los de la Comisión de Patrimonio, en la que participa la Comunidad de Madrid. Así se hizo constar en el proyecto de obra; un proyecto poco o nada publicitado“.
También se pregunta el Grupo de Defensa del Patrimonio que “si esta es la doctrina con la que actúan nuestros gestores, las personas en quienes los ciudadanos confiamos el cuidado de nuestros bienes patrimoniales, ¿qué futuro e incertidumbres nos aguardan? Si esta destrucción es permisible, ¿se podrán abrir ahora miradores de vidrio en la fachada del Colegio Mayor de San Ildefonso? ¿Se podrán sustituir las rejas del Colegio de Málaga por barrotes de aluminio lacado en blanco? Si los criterios de Ayuntamiento y Comisión de Patrimonio son tan laxos, quizá para no perder un buen inversor, ¿qué más barreras estarán dispuestos a transgredir?”
Desde el Grupo en Defensa del Patrimonio Complutense, se solicita “haciéndonos eco del sentir de buena parte de la ciudadanía de Alcalá, la inmediata reposición de los vanos originales del Cuartel de Lepanto” .El Grupo solicita, asimismo,” la adecuada protección y salvaguarda del patrimonio histórico de todos los alcalaínos“.
“Con actuaciones como ésta, tan poco rigurosas, nos sentimos desprotegidos, desamparados, en las manos de criterios caprichosos que no alcanzamos a comprender. Quizá, en parte, porque estas actuaciones se deciden en despachos de difícil acceso, donde nadie se toma la molestia de contar con los vecinos de Alcalá“.
“Cuando las decisiones de unos pocos expertos afectan gravemente al patrimonio histórico de todos los alcalaínos, sin que se cuente con la opinión pública, algo grave está pasando. Por supuesto, aceptamos que los expertos asesoren acerca de aspectos técnicos que se escapan al común de los mortales (cálculo de cargas, estructuras, materiales…). Pero, si hablamos de la preservación o alteración estética de un inmueble patrimonio de todos, modificando su originalidad, los rasgos que le dan naturaleza e identidad, consideramos que todos los complutenses deberíamos tener opinión y poder de decisión. Una decisión que se nos ha escatimado. Una pérdida irreparable“.
- “Lo que parecía ser una esperanza de rehabilitación y preservación de sus valores históricos y arquitectónicos, conceptos perfectamente conjugables con el nuevo uso de residencia universitaria, se ha convertido en su cruz y calvario“.l
Sería en torno a 1860 cuando, tras levantarse el vecino Cuartel del Príncipe, se continuó ampliando la parte sur de la manzana, edificándose el inmueble conocido como Cuartel de Lepanto. Ambos edificios fueron diseñados de nueva planta para una función específica: alojar a unidades de Caballería. Como rasgo singular, la planta baja, en todo su perímetro, albergaba las cuadras, evidenciadas al exterior por vanos con forma semicircular, situados a una cierta altura; son los elementos más distintivos.
Durante más de un siglo, estos edificios servirían a diferentes unidades militares. Tras el paso de la Caballería, al momento de estallar la Guerra Civil el Cuartel de Lepanto se hallaba ocupado por un regimiento de Zapadores. Posteriormente volvería a alojar unidades de Caballería; en esta etapa, el caballo desaparecería, dando paso a los medios motorizados.
El 21 de marzo de 1954, este edificio sería el primer acuartelamiento que tuvieron los paracaidistas del Ejército de Tierra (futura Bripac), su lugar de nacimiento, una vez completado el curso en Alcantarilla (Murcia). En 1960 se rodaron en el exterior e interior de este cuartel varias escenas de la película “Un paso al frente”. Trasladados los paracaidistas a Paracuellos del Jarama, los cuarteles vacíos pasarían a manos de la Universidad de Alcalá, para dedicarse a usos vinculados con la institución.
Desconozco si el proyecto inicial contaba con los huecos de una manera u otra, de todas maneras siempre el tema de la “restauración en edificios” es muy controvertida, limitándose muchas veces solamente a la fachada sin respetar la integridad de un edificio. Me parece más dudosa la intervención que muy cerca se hizo no hace tantos años en el parador de Alcalá, que no solo se modificó un edificio histórico sino que se ha recreado un edificio de toque “orientalista”, vamos que ni respetar el estilo original, ni nada que ver con nuestra cultura.
¿qué opinará un japonés cuando se aloje en él? Supongo que lo mismo que si voy a Japón y me alojo en una “seudoalhambra”.