La Brigada Paracaidista rinde homenaje a Cervantes ante la tumba al soldado desconocido en el cementerio municipal

Este jueves22 de abril, a las 11:15 horas, dentro de los actos conmemorativos del 400 º Aniversario del Fallecimiento de Miguel de Cervantes, la Brigada Paracaidista ha realizado un acto de homenaje a los caidos ante la tumba al soldado desconocido del cementerio Municipal de Alcalá de Henares.

  • Inicialmente, el espíritu de la Brigada Paracaidista se identificó con las heroicas tradiciones de nuestros tercios. El ideario paracaidista fue establecido en 1957 y refunde una serie de ‘promesas’ y ‘mandatos en los que se resume el espíritu paracaidista.

El emotivo acto ha estado presidido por el General de División Jefe de las Fuerzas Ligeras Martín Bernaldi, y ha contado con la presencia de una representación del Gobierno Municipal encabezado por el alcalde, Javier Rodríguez Palacios y de la Universidad de Alcalá, con la asistencia también de su Vicerrector de Extensión Universitaria Javier Rivera.  Los honores han estado a cargo de la Bandera Roger de Flor 1ª de Paracaidistas y la Banda de Guerra y Guiones de la BRIPAC.

También estuvieron presentes el antiguo General de la BRIPAC, Luis Carvajal y  el Jefe de la Prisión Militar entre otras autoridades militares. En cuanto a las autoridades civiles, acompañaron al alcalde la primer teniente de alcalde, Olga García ( Somos Alcalá ) , y otros concejales del equipo de Gobierno como los socialistas Yolanda Besteiro y Alberto Blázquez.

Extracto de la declaración que se leyó en el Homenaje

Homenaje a Cervantes
La Brigada Paracaidista recuerda la vida de soldado de Cervantes durante un acto homenaje en Alcalá de Henares

Conmemoramos hoy,  22 de abril, el cuarto centenario  de la muete de Miguel de Cervantes, el reconocido “Príncipe de las Letras”.  Nacido en Alcalá de Henares en 1547, la posteridad le recuerda como el  más insigne escritor de los que ha dado España a la Literatura, siendo menos conocida otra faceta que tanto marcó su trayectoria vital, es decir sus prolongados servicios militares en los Tercios españoles, por el Mediterráneo, unas impactantes vivencias que se verán reflejadas en innumerables sentencias recogidas en El Quijote y en el resto de sus obras.

Los años de su vida dedicados a las armas fueron muchos y transcurren entre 1570 y 1580. Años que le permitieron participar en hazañas tan memorables como la batalla de Lepanto, que le movió a afirmar  que aquella victoria fue “la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, lo presentes, ni esperan ver los venideros”.

Todo un capitulo del Quijote está dedicado al brillante discurso que el Ingenioso Hidalgo pronuncia sobre la oposición entre las armas y la letras, contraponiendo los méritos y trabajos del soldado a los del letrado. Para Cervantes el ejercicio de las armas era el más honroso y el má digno, por lo que don Quijote proclama en una ocasión que “no hay   otra cosa en la tierra más  honrada  ni de mayor  provecho que servir a    Dios primeramente, y luego a su rey y señor natural, especialmente en ejercicio de las armas, por las cuales se alcanzan,  si no más riquezas, a lo menos, más honra que por las letras, como yo tengo dicho muchas veces”.

A los 22 años, sentó plaza  como soldado  en la compañía de Diego Urbina, una de las diez de las que se componía el tercio del Maestre Campo D. Miguel de Moneada. Embarcada su compañía en la galera la “Marquesa”, junto con su hermano Rodrigo, Cervantes combatió el 7 octubre  de    1571, enfermo y con  altas  fiebres,  en  la batalla naval Lepanto, en la que recibió dos arcabuzazos en el pecho y uno en la mano izquierda,     inutilizada   para    siempre, siendo reconocido su valor personalmente, por el mismo Juan de Austria. Una vez recuperado de sus heridas en un hospital de Mesina, se incorporó en calidad de “soldado aventajado” a la compañía de don Manuel Ponce de León, primero en el Tercio del afamado don Lope de Figueroa, pasando después a integrarse con,la misma compañia, en  el   tercio   de   Sicilia  para  reforzar sus menguados efectivos. En estos años (1572-1575) participó en direntes campañas militares por el Mediterráneo, como fueron la de Navino, Modón, Corfú,en la expedición de Túnez y en el fallido socorro de Goleta de 1574.

Constituye un honor para España y su Ejército, el que dos unidades en que sirvió el mayor genio de las letras españolas, sigan aún activas a diade hoy, los Regimientos Tercio Viejo de Sicilia nº 67, de guarnición en SanSebastián y Córdoba nº 1O, de guarnición en Córdoba, herederos ambos de la tradición de los citados Tercios de Sicilia y Lope de Figueroa.

En 1575 Miguel de CeNantes regresaba con licencia desde Nápoles a España en la galera “Sol” para presentar en la Corte una solicitud para el mando de una compañía. Infortunios del destino quisieron que junto a su hermano Rodrigo, soldado como él, fuesen apresados por corsarios argelinos y conducidos a una cárcel de Argel. Tras cinco años cautiverio y cuatro intentos de fuga, Miguel fue liberado en 1580. Regresó a España después de once largos años de ausencia entre Roma, Nápoles, Sicilia, Malta, Argel y otros muchos lugares.

Volvió a Madrid en 1581 y aquí inicia su dedicación literaria.

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