En esta ocasión, el Premio Individual Valores de Convivencia ha recaído en una jurista de reconocido prestigio y trayectoria, la Dra. Encarna Roca Trías, primera mujer en España que alcanza el grado de Catedrática de Derecho Civil, que accedió la Academia de Jurisprudencia y Legislación y que se desempeñó como juez de la Sala Primera de lo Civil del Tribunal Supremo. En la actualidad es Magistrada del Tribunal Constitucional. Su actividad científica e investigadora ha destacado, fundamentalmente en el campo del Derecho de Familia.
Por otra parte, el Premio Colectivo Valores de Convivencia ha correspondido a la Fundación Raíces (http://www.fundacionraices.org/), una organización sin ánimo de lucro que lleva veinte años apoyando a los niños y jóvenes en exclusión social y a sus familias. La Fundación Raíces desarrolla importantes proyectos de integración laboral, de acompañamiento y de protección jurídica a menores, en especial, cuando sus derechos son conculcados por las distintas Administraciones. Son un colectivo que se caracteriza por su compromiso y su entrega diaria.
El Premio a la Innovación Tecnológica ha sido para el joven ingeniero y actual estudiante de Doctorado, D. Adrián de Blas Romero por su proyecto “Optimización de mezclas fotocurables destinadas al prototipado rápido”. En esta modalidad se han concedido dos menciones honoríficas que han sido para Dª. Evelyn Julieth Ospina Romero por su trabajo “Sistema biolectroquímico policiclotetrasiloxano AuNPs-HRP como sensor de peróxidos” y para D. José Miguel Adánez García-Villaraco por el proyecto “Control de sistemas no lineales mediante técnicas borrosas. Aplicación al control multivariable de un aerogenerador”.
- La entrega de premios contó también una actividad cultural en homenaje a Rodolfo, a las víctimas de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 y en recuerdo a todas las víctimas del terrorismo, con la actuación de la soprano Alina Sánchez, acompañada al piano por la profesora Almudena Tabares, que interpretaron la “Romanza de Marola”, del maestro Pablo Sorozábal y “Siboney”, del maestro Ernesto Lecuona. También se declamó un poema escrito especialmente para la ocasión cuyo fondo musical fueron fragmentos del Intermezzo Opus 118, No.2, de Johannes Brahms.
Crónica gráfica de Ricardo Espinosa Ibeas